En nuestras ciudades y pueblos, ha sido tradición el traslado de un féretro en hombros, como una última muestra de aprecio al ser querido cuya presencia física no volveremos a ver; pero la superpoblación de personas y vehículos convierte al cortejo fúnebre en una actividad cada vez más incómoda y riesgosa para los dolientes.
De ahí la necesidad, cada vez mayor, de acudir a un medio de transporte adecuado y autorizado, para agilizar el traslado del cuerpo desde el hospital o la casa hasta el templo donde se van a realizar los servicios religiosos y el camposanto donde se va a depositar el cuerpo.
En Vida Eterna ofrecemos el servicio de traslado, con cobertura en todo el territorio nacional. Contamos con vehículos especialmente adaptados, que garantiza un servicio sublime, seguro y respetuoso.